Por César López
AFP
Se juegan un lugar en la final del Mundial Sub-20 de Chile 2025, en un cruce que promete tensión, talento y revancha. La Selección Argentina y Colombia, dos potencias sudamericanas frente a frente, con historias entrelazadas y el peso de la ilusión juvenil sobre los hombros. El duelo llega marcado por las ausencias de sus principales figuras: Neyser Villarreal y Maher Carrizo, sancionados en la instancia previa, lo que obliga a ambos seleccionados a reinventarse en el momento más decisivo del torneo.
Rivalidad juvenil
La “albiceleste”, con seis títulos en 18 participaciones, busca romper una sequía que ya lleva casi dos décadas: no levanta un trofeo mundial juvenil desde Canadá 2007. Enfrente, Colombia aspira a hacer historia. En 12 apariciones mundialistas, su mejor resultado fue el tercer puesto conseguido en Emiratos Árabes Unidos 2003.
El historial entre ambos también alimenta el morbo. En el Mundial Sub-20 de Países Bajos 2005, Argentina se impuso 2-1 en los octavos de final gracias a los goles de Lionel Messi y Julio Barroso en los minutos finales. Esa selección terminaría coronándose campeona del mundo. Más recientemente, en el Sudamericano de Venezuela disputado a comienzos de este año, se enfrentaron dos veces: igualaron 1-1 en la fase de grupos y luego la “albiceleste” se impuso 1-0 en el hexagonal final, donde terminó segunda detrás de Brasil.
Fuera de combate
El nuevo capítulo de esta historia se jugará mañana en el Estadio Nacional, desde las 20, y tendrá una carga emocional especial. Ni Colombia ni Argentina contarán con sus jugadores más determinantes del campeonato. Las suspensiones por acumulación de amarillas de Villarreal y Carrizo dejan a los dos técnicos ante un desafío táctico mayúsculo: reemplazar a los líderes de su ataque en la antesala de la final.
Villarreal fue el héroe colombiano en el vibrante 3-2 sobre España, donde marcó los tres tantos que metieron a su equipo entre los cuatro mejores. Carrizo, en tanto, convirtió uno de los goles en la victoria 2-0 contra México, que selló el pase argentino a semifinales. Ambos vieron su segunda amonestación y deberán seguir el partido desde la tribuna.
“Tenemos jugadores que pueden hacerlo igual o mejor que yo”, expresó Villarreal, que con cinco goles comparte la cima de la tabla de artilleros junto al estadounidense Benjamín Cremaschi. Carrizo, con tres, lo escolta. “Duele no estar, pero somos un equipo y quien juegue sabrá dar lo mejor”, reconoció el delantero argentino.
Un rompecabezas
Los entrenadores César Torres, de Colombia, y Diego Placente, de Argentina, se conocen bien del reciente Sudamericano. Aquellos cruces fueron de alto voltaje, con duelos cerrados y mucho estudio previo. Ahora, la historia se repite, pero con una final en juego.
Torres deberá recomponer su defensa por la ausencia de Villarreal y del lateral Carlos Sarabia, también suspendido. Recupera, eso sí, al zaguero Simón García y espera contar con Jordan Barrera, que salió golpeado ante España. “Vinimos a jugar siete partidos y vamos a jugar siete partidos. Vamos a disputar la semifinal con toda la ilusión y el alma por llegar a la final”, aseguró el técnico cafetero.
En la orilla “albiceleste”, Placente, campeón juvenil en Malasia 1997, también debe lidiar con varias bajas. Además de Carrizo, el lateral Álvaro Montoro quedó fuera del Mundial por una fractura de clavícula sufrida frente a Nigeria, mientras que el defensor Valente Pierani padece un esguince de rodilla y es duda incluso si Argentina logra avanzar. “Colombia es un rival dificilísimo. En el Sudamericano nos costó muchísimo, los dos partidos fueron parejos y este va a ser igual”, advirtió el DT argentino.